
Es como un viaje a un exterminio armónico,
sin armas, sin desastres ni cataclísmos.
Es mi rímel en la almohada,
un sinsentido a tu inmadurez;
al nerviosismo infame que evita el contacto.
Crece el rímel en la almohada y hace
garabatos y forma figuras, letras,
miradas incómodas, compañías silenciosas.
Un acorde silencioso que corta la respiración
y hace sentir mis sienes en ebullición.
Rímel en las venas; sale por mi ombligo y
cae por mis piernas; fluye en mis brazos;
cae de las manos; figuras residuales
se forman hasta el piso y resbalo...
¡Golpeame! ¡Golpeame hasta que reaccione!
Son sólo figuras; es sólo rímel en mi almohada;
es como viajar a un exterminio armónico,
sin armas, sin desastres ni cataclísmos.
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