SiN AiRe Ni BeSoS

Contengo el aire en mis pulmones. Siento el agua y sus burbujas acariciándome todo el cuerpo como hacía tiempo no lo sentía. Abro los ojos y no se ve nada, pero no me desespero, sólo disfruto el zumbido en mis oídos, ese zumbido aislante que me hace sentir la única criatura con vida en tu ecosistema.

Salgo a la superficie y abro la boca como para recibir ese beso, y siento el aire, siento la vida en mi boca y la saboreo. Siento sus mieles, siento la vida dulce en mi boca.

Tomo aire y respiro. Me siento a mi lado, fumando despacio, femenina, y en ese instante que separa a un mundo desordenado e ilógico, casi irreflexivo, vienen tus recuerdos, que empiezan por quitarme el aire, por enredar mi pelo con la naturaleza, mi pelo en las raíces de un árbol que me aplasta.

Reacciono dándole una pitada al cigarrillo. Juego con mis pies en el pasto que me hace cosquillas mientras una hormiguita rodea mi tobillo. Me siento única pero soy parte; soy una célula que conforma el cuerpo; una célula que descubre duendecitos en el pasto y fantasea con convertirse en mariposa.

Tomo aire y hago fuerzas con mis alas y no puedo, porque me limitan los miedos. Tomo aire, cierro los ojos y no puedo.

Miro el agua, toco el cielo, siento las hormiguitas en mis pies, abro la boca por tu beso, ansío a mi mariposa y me sumerjo hasta el fondo. Escucho el zumbido que me habla suavecito. Es mi propia voz, que me miente y me digo lo que quiero escuchar. Me digo que me estás esperando sentadito en el pasto, con la mirada perdida y los pies descalzos.

Escucho atenta el zumbido y me digo que soy la única y que me amás como a nadie, pero no te animás a decírmelo. Me digo que salga del agua, que estás ansioso porque asome mi cabeza y abra mi boca para recibir esa bocanada de aire y de besos.

Me confundo porque me miento, y me miento para no sufrir. Me digo que sí, que ésta vez es verdad, que salga a encontrarte, antes que sea tarde, que sea ilógico, que sea algas y néctar, sin aire ni luces, ni besos…