Ir al contenido principal

Carta 15 años después

¡Qué casualidad o causalidad encontrar tu perfil de Facebook. Tantos años sin saber de vos... Creo que la última vez que te vi yo tenía 18 años. Hacía sólo unos meses había dejado la casa familiar y me encontraba en una pensión inmunda con gente de la misma calidad. No tenía un mango, andaba sola y perdida y por estupideces de amigas de secundaria, INTERVENISTE VOS...CON TODO TU ÍMPETU Y VIOLENCIA.
No puedo dejar de recordar cómo caminabas detrás mio...por esa inmunda pensión, gritando CON TU BEBA EN BRAZOS... Creo que se llamaba Jazmín... y me gritabas que te devuelva una radio de mierda toda rota...recuerdo que ni el volumen funcionaba
Corrí a mi habitación y vos trababas la puerta con un pie...Decidí salir a la calle, mientras escuchaba tus gritos diciéndome: Huís COBARDE...HUÍS...
Después de eso tuve que dejar la pensión...me quedé en la calle te acordás? Es que el dueño, de nombre Sebastián, era tu amigo. Menos mal que me crucé con una ex compañera que me pudo dar lugar en su casa...
Pero todo eso quedó atrás. Pude estudiar.. Conseguí laburo, me alquilé un departamento y después una casita. Hasta que me quedaba para comprarme unos discos de Fito.
Ahora soy periodista como siempre soñé y trabajo en un diario...tengo mi casa propia, con perros y un amor verdadero...pero tu violencia no se olvida. Todo lo que me hicieron, no se olvida tan fácil...Hostigar a una piba de 18 años, dejarla en la calle en una ciudad lejos de su familia. NO SE HACE MARIANA.
Ahora veo que tenés dos hijas adolescentes...que vos ya sos una mina grande...y que Dios quiera, y el universo te devuelva todo lo que me diste.
A vos, y a los que más querés. Un abrazo!


A veces los exorcismos tardan en llegar, pero qué necesarios se hacen cuando el dolor insiste en no dejar el cuerpo...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta en Espejo

Hace mucho que no hablamos y te noto rara, como cargada y con la risa contenida. Tu risa me hace reír a mi y a muchos y no se qué pasa últimamente. Te noto escasa en el sentimiento externo y será el alza en los precios que cuidás hasta la última sonrisa. Te noto miedosa y un poco lenta hasta en las bromas que estás tomando a mal… eso no te pasaba antes. Sé que extrañas mucho el amor y tal vez te sientas sola, pero no te preocupes… a mi también me pasa y empiezo a fantasear con mil cosas que no están muy cerca de la realidad. A veces me imagino encontrándome con vos en Plaza Italia y mirando artesanías que no vamos a comprar porque te dan alergia… a mi me pasa lo mismo. ¿Sabés qué siento últimamente? Aprovecho esta carta para contarte, pero cuando nos encontremos te voy a contar mejor… me pasa que veo una pareja abrazarse, rozarse las manos, besarse, mirarse y me emociono; es como que me dan ganas de llorar y no sé si es emoción real o es que me doy cuenta cuánto extraño que me pase alg

A PeSaR De ToDo

Ella cerró las puertas, corrió las cortinas y le sirvió el café. Le alcanzó su taza que luego rompería contra el suelo. Ya con las luces bajas y el calorcito en la panza se sentaron en el piso y se amaron. Él cerró los ojos y disfrutó de ella, de su suavidad para amar y del salvajismo de sus palabras. Ella abrió su alma, él cerró su boca. Ella quería abrirle el pensamiento, aspirarle el sentimiento y él susurraba: “De a poco…” Ella vió la muerte de cerca; le tuvo miedo; sintió un escalofrío en la nuca y cerró sus puños como desafiando a una pelea. Ella pensó en un mañana, en que tal vez no haya un mañana y necesitó decirle esas palabras… Él se sorprendió. Miró las ventanas, los puños de ella. Recorrió el piso con la mirada, ese piso donde había amado con suavidad. Ella temblaba. Él la tomó de las manos y le dijo: “Yo no…”

Mi PeCaDo NoCtuRnO

Empiezo por confesarte mi pecado, me río en tu cara de mi pecado, me río a tus espaldas de tu idiotez. Empiezo a acercarme despacio como un animal nocturno, a lamerte la lujuria. Me muevo como un gato en la noche para despertar tu lujuria. Finjo placer y disfruto el pecado. Despierta tu ira, te enferma tu ira que nace en mi cuello entre tus manos, en tus ojos enfermos de ira. Me inquieta la pasividad de tu gula que te funde en lo estático; en tu nulidad varonil, y eso genera mi ira, mi burla. Y ahí, engendrando basura en tu cama codicias mi cuerpo que se mueve lento, haciendo olas en tus sábanas. Codicias mi cuerpo como nadie, querés gobernar mi mente sabiendo que es imposible y eso me hace inalcanzable. y me muevo despacio para despertar tu pecado. Empiezo por pecar con vos, y con todos, para que envidies mi pecado y me desees aun más. Envidiame el pecado y envidiame la risa que me da verte ahí, inerte, asqueroso. Escupo tu soberbia que te hace único, sólo por eso. Lo esquivo y me acu